HUME EN LA CIENCIA ACTUAL

Hume fue un importante filósofo nacido en Edimburgo en 1711. Defendía que todo conocimiento que hay en nuestra mente proviene de los sentidos (era un empirista extremo ya que había otros como Locke o Berkeley que admitían la existencia de un mundo exterior o de un Dios, pero Hume no). En la ciencia de la actualidad se pueden ver reflejados muchos aspectos de la filosofía de Hume. En esta entrada voy a explicar algunos de ellos.

Partiendo de la división de los tipos de razonamiento humano, Hume dedujo que todo lo que podemos decir, pensar o predecir de la naturaleza debe venir de la experiencia previa. Ya que, aunque en las relaciones de ideas no debemos acudir a la experiencia, Hume dice que ese tipo de razonamiento no explica nada sobre la naturaleza. Esto lleva a la necesidad de la inducción. La inferencia o razonamiento inductivo presupone que se puede confiar en los actos pasados como regla a partir de la cual se puede predecir el futuro. Por ejemplo, si en el pasado ha llovido el 60% del tiempo cuando se dan unas condiciones atmosféricas determinadas, entonces, en el futuro, probablemente, lloverá un 60% del tiempo si se dan las mismas condiciones (remarco probablemente porque Hume asegura que no se puede confirmar al 100% lo que ocurrirá en el futuro, solo afirma la existencia de una probabilidad alta de que ocurra algo).

Las teorías científicas universales se construyen a partir de los casos particulares. Pero si un caso particular contradice una teoría, hay que revisarla para poder explicar el mayor número de casos posibles.

Todo esto lo podemos ver reflejado actualmente en la manera de proceder de la ciencia. Por ejemplo, cuando se plantea un teorema en física, aunque la razón nos diga que parece ser válido, se han de esperar años para que pueda ser confirmado empíricamente y así tomarlo como verdadero.

Además, Hume dice que el conocimiento del mundo nunca podrá ser racional, seguro, objetivo, cierto. Será siempre empírico, inseguro, subjetivo, incierto o probable. Esto también se puede ver reflejado en la actualidad ya que pensamos que nuestros conocimientos actuales son verdaderos. No obstante, siempre puede aparecer un descubrimiento nuevo que derrumbe todo lo que creemos conocer.

Por otro lado, Hume negó que la razón tuviera un papel importante de cara a motivar o desalentar la conducta. Según él, la razón no es más que una calculadora de conceptos y experiencia. Lo que en definitiva importa es como nos sentimos respecto a la conducta.

Su trabajo está asociado a la doctrina del instrumentalismo que dice que una acción es razonable si y sólo si sirve para alcanzar los propios deseos, sean los que sean. La razón puede participar solamente informando acerca de las acciones que serán más útiles para alcanzar las metas y deseos, pero nunca dirá qué metas y qué deseos se deben tener.

Para finalizar, transcribo una reflexión de humeana que me parece especialmente interesante para los tiempos que corren: «¡felices de nosotros si podemos unir los límites de las distintas clases de filosofía al reconciliar la investigación profunda con la claridad, la verdad con la novedad!; y ¡aún más felices si, razonando de esta manera sencilla, podemos socavar los cimientos de una filosofía abstrusa, que hasta ahora parece haber servido nada más que de cobijo para la superstición y de tapadera para el absurdo y el error!».

Hoy, a través de las redes sociales, tan útiles en algunos aspectos, se difunden teorías que simulan una apariencia científica de la que carecen absolutamente y que, desafortunadamente tienen un eco desmesurado. Pongo por ejemplo las mal llamadas «medicinas alternativas» cuya base científica es, dicho con delicadeza, muy discutible. El gran problema que presentan son unas consecuencias muy perjudiciales para la salud pública: gracias, en buena parte, a los antivacunas están volviendo a aparecer enfermedades que habían sido erradicadas en el siglo pasado.

También cito aquí el «terraplanismo», tan de moda hoy que hasta tiene un documental en Netflix y celebran multitudinarias concentraciones, sobre todo en EEUU. Como curiosidad, el verano pasado estuve en Inverness, una pequeña ciudad al norte de Escocia en la que había una Flat Earth Society con sede en pleno centro.